Un árbol, con sus ramas y raíces nos ha servido para darle forma, con nuestras manos y mensajes, a una lucha que necesita de todos nosotros, porque se trata de que todos juntos, seamos quienes seamos, siendo chicos o chicas, queramos contribuir con nuestro mensaje y nuestro ejemplo a que este mundo sea un lugar mejor en el que nadie sea más que nadie por razón de sexo, y que la violencia nunca esté justificada, venga de quien venga.
Aunque el acto de hoy es importante, lo más importante aún es que cada día seamos capaces de poner nuestro granito de arena para que un día no tengamos que celebrar esta actividad porque la violencia de género sea una lucha superada.
Nos sumamos y nos sentimos Uno con todas aquellas mujeres y hombres que hoy se movilizan para concienciar sobre este sueño, que algún día, no lo será.